Lo que te pasó no te define.

Cuando el cuerpo y la mente quedan en alerta

Después de un trauma, no siempre se "pasa" con el tiempo. El cuerpo guarda la memoria y aparecen señales que pueden sentirse así:

No necesitas tener un "diagnóstico" para pedir ayuda.

• Pesadillas o dificultad para dormir.

• Sobresaltos y estar siempre “en guardia”.

• Evitar lugares, personas o situaciones.

• Recuerdos que llegan sin permiso.

• Culpa, vergüenza o rabia que no sabes ubicar.

• Sentir que cuesta confiar o acercarte a otros.

Paso 1 — Te escucho sin prisa
Ubicamos qué necesitas y qué NO quieres abordar aún.

Paso 3 — Herramientas concretas
Pequeñas prácticas entre sesiones para dormir mejor, bajar alerta y recuperar terreno.

Paso 2 — Plan claro y realista
Acuerdos simples. Tú marcas el ritmo.

- No prometo fórmulas mágicas. Prometo estar, escuchar y trabajar contigo.

Cómo trabajaremos:

Sí lo que viviste fue grave

Si fue una agresión, una experiencia sexual no consentida o maltrato en la infancia, lo trabajamos con respeto y límites claros. Tú decides cuánto contar y cuándo.

Aquí no hay “sanaciones” ni promesas absolutas. Trabajo con claridad, consentimiento y evidencia.

Lo que NO vas a encontrar

• No te juzgo ni te apuro.

• No banalizo lo que te pasó.

• No uso métodos esotéricos.

• No prometo curas instantáneas.

Terapia honesta, humana. Sin adornos.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto dura una sesión?

55 - 60 minutos.

¿Cada cuánto nos vemos?

Al inicio semanal; luego ajustamos juntos.

¿Tengo que acudir presencial?

No. Es 100% online.

¿Necesito contar cada detalle?

No. Trabajamos con lo que sí puedes decir.

¿Y si me bloqueo o me voy para atrás?

Lo nombramos y reajustamos. No te dejo solo con eso.

No estás solo en esto

Lo que viviste tiene peso. No tienes que cargarlo sin ayuda. Hablemos hoy.